No pretendo que seáis periodistas
ni fotógrafos de calle. Sin embargo, igual que escribimos y contamos unos
hechos en una redacción, deberíamos aprender a contar con imágenes aquello que
ocurre a nuestro alrededor. Pasaríamos de ser receptores pasivos a
emisores-receptores críticos.
El trabajo consistirá en que cubráis algún acontecimiento, por
ejemplo: un concierto, un evento deportivo, una fiesta popular, etc. Es muy
probable que no tengáis los medios de un
profesional, que no podáis bajar al césped del estadio o utilizar un teleobjetivo para fotografiar al
cantante en el escenario.
Pero
no os preocupéis, lo que voy a evaluar de vuestras fotos no es que os
arriesguéis en subir al escenario del concierto para conseguir un primer plano
del cantante, sino la postura personal frente a lo que narráis, con qué
intención lo hacéis y si es lógica la sucesión de fotos que presentáis. Por lo
tanto, en el campo de futbol os podríais centrar en describir cómo es y qué
hace la gente que hay a vuestro alrededor, cómo es el estadio: la entrada, las
escaleras, los pasillos, las gradas, etc.
Posiblemente
no podáis asistir a uno de esos grandes acontecimientos, por lo que tendremos
que buscar historias cotidianas como: el viaje a una ciudad, una excursión, una
tarde de compras, una reunión de amigos, cualquier actividad familiar, etc.
En
cualquier caso, no se trata de que hagáis fotografías indiscriminadamente, sino
de que, siguiendo los consejos que os cito más adelante, narréis con una
planificación adecuada lo que ha sucedido y busquéis una idea, motivo,
intención expresiva que dé sentido y unidad a vuestras fotografías.
No
olvidéis que este tipo de fotografía descompone un acontecimiento en imágenes
que se complementan entre sí.
Una fotografía puede tener sentido por sí misma, pero en la mayoría de
las ocasiones, un conjunto de imágenes con el mismo motivo puede ayudar mejor
al espectador a formar una opinión sobre el hecho que se está documentando.
Éste sería el principio del reportaje.
Un reportaje es un conjunto de fotografías y texto
escrito formando una unidad bajo un título. Su intención es narrar con imágenes, es decir, contar lo que ha sucedido
en un acontecimiento, suceso o evento, ya sea de tipo cultural, social o
deportivo.
Además de la narración pura de
los hechos, un buen reportaje también debe ser capaz de transmitirnos el
ambiente que rodea a dicho acontecimiento e incluso ser capaz de transmitir los
estados de ánimo de sus protagonistas y espectadores.
Para ayudaros a que consigáis
convertiros en buenos narradores de historias os detallo una serie de consejos
para realizar un reportaje fotográfico con éxito.
He buscado
una guía que nos facilite el camino y así aprender un poco de este tema. Entre los trabajos que he manejado el más interesante es un
artículo de Raúl Gorta donde nos da unos excelentes consejos que nos ayudarán a
realizar un buen reportaje.
1.- Elige y prepara tu equipo:
Imaginemos que somos fotógrafos profesionales. En ese caso, lo más importante es elegir el equipo fotográfico adecuado para realizar nuestro reportaje, dependiendo del tipo de evento a cubrir, del lugar donde se produce el acontecimiento y de la condiciones de iluminación o de espacio físico de este.
En función de estas variables, podemos llevar con nosotros un tipo de
equipo fotográfico u otro. Elegir el equipo más adecuado,
tenerlo a mano y listo para funcionar, es fundamental para no
quedarnos tirados en medio del reportaje porque olvidamos, por ejemplo, cargar la batería de repuesto y llevamos
una segunda tarjeta de memoria.
Si vamos a cubrir un partido de baloncesto, es muy probable que un teleobjetivo sea necesario para captar los detalles de la acción, como por ejemplo el momento en que un jugador lanza el balón a canasta. Sin embargo, en el reportaje de una boda, quizá sea más interesante llevar con nosotros un angular muy luminoso, para captar planos generales en interiores y un flash que nos pueda servir como iluminación de relleno en retratos.
Si vamos a cubrir un partido de baloncesto, es muy probable que un teleobjetivo sea necesario para captar los detalles de la acción, como por ejemplo el momento en que un jugador lanza el balón a canasta. Sin embargo, en el reportaje de una boda, quizá sea más interesante llevar con nosotros un angular muy luminoso, para captar planos generales en interiores y un flash que nos pueda servir como iluminación de relleno en retratos.
Lo ideal para realizar el reportaje sería mezclarnos entre la gente e
intentar captar el ambiente del evento.
Como no somos fotógrafos profesionales, con nuestros medios, es decir, con
sólo la cámara de nuestro teléfono móvil, ya es suficiente. Lo importante, en
nuestro caso ya dijimos anteriormente lo que es, que sepamos contar qué ha
pasado en el evento, que captemos los momentos más significativos o bien
aquellos que por un motivo indefinido, pero para nosotros especial, nos llaman
la atención, aunque en el momento no sepamos porqué, etc.
2.- Acredítate si es necesario:
Siempre que acudimos a realizar el reportaje fotográfico de un evento organizado, es recomendable y en bastantes ocasiones imprescindible, estar acreditados para poder realizar nuestra tarea. De otro modo os podéis encontrar con la sorpresa que no os dejen introducir vuestra cámara en el recinto o que os prohíban fotografiar. Investiga acerca de la empresa, entidad o asociación que organiza el evento y solicita acreditación. En las webs de este tipo de acontecimientos, es posible encontrar muchas veces un formulario de solicitud para acreditarse si fuese necesario. Tened en cuenta que en muchos casos, lo que los organizadores buscan es difusión, así que en muchos casos estarán encantados de facilitaros una acreditación. Además estar acreditado, facilitará en buena medida el que os podáis mover con mayor seguridad y libertad mientras tomáis fotos, eso sí, siempre procurando no entorpecer la tarea de los quienes protagonizan el acontecimiento o de la organización.
3.- Planifica un hilo narrativo:
Tener una idea estructurada en forma de pequeño guion que esboce cómo contarás tu historia, puede ser de gran ayuda a la hora de realizar nuestro reportaje. No se trata de realizar un storyboard detallado, como el de una película, pero sí de tener fijadas unas ideas previas que guíen nuestros pasos, a la hora de por ejemplo, movernos fotografiando, en el pabellón donde tiene lugar un concierto. Podemos fijar ideas del tipo: Plano general del recinto, fotografías del público expectante, plano general de la banda, primeros planos de los músicos y así sucesivamente. Deberíamos conocer de antemano el lugar para movernos con soltura y saber cuál puede ser una posición adecuada para hacer las fotos. En este sentido, es importante hacernos con un plano o consultar en servicios como Google maps. Conocer lugar donde sucederá todo, hará la tarea mucho más fácil.
4.- De lo general a lo concreto:
Una buena forma de conducir nuestro hilo narrativo, es comenzar con fotografías de planos generales que nos ayuden a situar la escena en un lugar, a saber qué está ocurriendo, etcétera. Es decir, a responder, en la medida de lo posible a las seis cuestiones que debe contener un buen artículo periodístico: qué, quién, cuándo, dónde, por qué y cómo.
Posteriormente, podemos centrarnos en planos más detallados que
describan el ambiente y centren nuestra atención en los protagonistas, recurriendo a planos cada vez más cercanos
hasta llegar a planos detalle. Los planos detalle, como por ejemplo, la
mano de un fan sosteniendo la foto de su ídolo en la cola previa a un
concierto, nos servirán para transmitir el ambiente que rodea a un
acontecimiento.
Seguir esta estructura narrativa cinematográfica, nos será de gran ayuda
para no dejarnos nada en el olvido y que nuestro reportaje sea lo más completo
posible.
5.- Haz muchas fotos, elige solo las mejores:
Mientras estés realizando el reportaje trata de captar todas las escenas, actitudes y detalles que te sean posibles. Esto no quiere decir que no pienses antes de apretar el botón.
Tratar de captar lo máximo posible, no quiere decir que tengas que estar
en todos lados y gastes el espacio de la tarjeta de memoria, que te dediques a
captar escenas intrascendentes.
Presta atención para no caer en las imágenes típicas, que aunque puedan
dar una idea de lo que ocurre, normalmente suelen ser cosas conocidas y la
repetición es aburrida.
Tienes que ser variado en los temas y en los planos. De un mismo tema
(el cantante, el guitarra, el escenario, el tipo que salta con la pancarta, etc.)
haz varias tomas con diferentes planos y, si puede ser, varias angulaciones.
Como hemos dicho haz fotos de detalle porque son el complemento de tomas más amplias y ayudan a ser variado.
Otro recurso muy socorrido es jugar con elementos en primer plano y la
profundidad de campo.
Aunque, siguiendo tu guion, déjate llevar por tu sensibilidad.
Posiblemente hayas hecho unos cientos de fotos; ahora, un buen programa
informático como Lightroom, te ayudará en la tarea
de elegir las mejores. Tienes que hacer una primera clasificación y
luego una segunda selección donde elegirás las que compongan el
reportaje. Para seleccionar las fotos, nos
guiaremos por la estructura narrativa que hubiésemos trazado. Así
mismo, la perfección técnica no debe ser criterio fundamental y excluyente para
elegir las fotografías, sino la capacidad narrativa de las imágenes con
las que compondremos el reportaje. Es recomendable,
que el reportaje no exceda de un número limitado de fotos, por ejemplo diez o a lo sumo una docena de fotos, Procuraremos no superar el límite fijado
salvo para trabajos más extensos que se adentren en la fotografía documental.
Un poco de historia
El reportaje como género nació en la guerra de Crimea en 1855, cuando
Roger Fenton y su equipo se dedican a tomar fotografías de la guerra para una
revista. Fotos que reflejan la crudeza de una guerra de manera que nunca se
había visto. Desde entonces, las publicaciones empiezan a darle importancia al impacto
de la imagen.
Más tarde, Mathew Brady se dedica a fotografiar, junto a su equipo, la
guerra de secesión norteamericana, consiguiendo hasta 70 mil negativos que aún
se guardan en la Biblioteca de Congresos de Estados Unidos.
A principios del siglo XX, algunos acontecimientos registrados por la
cámara empiezan a impactar a los lectores de prensa, como por ejemplo, la
recogida por parte de Warnecke del asesinato del alcalde de Nueva York, o el
incendio del dirigible Hindenburg.
Sin embargo, a pesar de todo ello, aún no se puede hablar de reportaje fotográfico
propiamente dicho, ya que las imágenes se agrupan de forma caprichosa, sin
orden o coherencia. El reportaje requiere una organización a la hora de
disponer las imágenes para que transmitan una lectura ordenada de las mismas.
Podemos empezar a hablar de reportaje fotográfico propiamente dicho en
Alemania en la década de los años ‘20. En casi todas las ciudades del mundo empezaban
a editarse revistas ilustradas, lo que fue posible gracias a tres hechos
fundamentales:
- La aparición de cámaras más pequeñas y manejables que permiten tomar
imágenes instantáneas y más naturales.
- La colaboración conjunta de los redactores jefes y de los fotógrafos que
daba como lugar un trabajo o resultado conjunto compuesto por textos e imágenes
como un todo coherente.
- La gran libertad de iniciativa que empieza a tener el fotógrafo.
Dr. Salomon. Es uno de los mejores reporteros alemanes de los años
‘20-’30. Era abogado y, casualmente, entra a trabajar en una agencia de
publicidad. Entra en el mundo de la fotografía de manera casual. Los temas que
usaba para sus fotografías eran sobre gente importante, famosos, políticos,... Los
retrataba en actitudes informales, más relajadas y naturales. Se las ingeniaba
para sacar la fotografía de la manera más natural posible. Salomon hizo muchas
fotografías a las que llamó en su conjunto “Contemporáneos Célebres”, captando a sus personajes en momentos
inesperados (1930). Su carrera fotográfica fue muy corta (1928-1933), pero deja
un buen grupo de seguidores que se agrupan en torno a una agencia llamada
Depoth.
En esta agencia destaca Felix H. Man, que comienza haciendo reportajes
muy populares. Su trabajo más importante es el que lleva por título “Un día en
la
vida de Mussolini”.
Hitler llega al poder y muchos fotógrafos alemanes huyen. Hay una fuerte
censura hacia la prensa gráfica, que disminuye en calidad en Alemania, mientras
que aumenta en aquellos países donde se acogen a estos fotógrafos que huyeron.
Es el caso de la revista francesa Vu, fundada por Vogel, cuya especialidad
era la fotografía de países de manera crítica y progresista. Al accionariado de
la revista no terminó de gustarle esta idea, por lo que Vogel fue destituido.
Finalmente,la revista fracasa. Con la desaparición de Vu, decae la prensa
gráfica en Europa.
Es entonces cuando nace Life en 1936, en Estados Unidos, cuyo objetivo
era reflejar aspectos humanos en imágenes que no fueran evidentes a los ojos
del ser humano. El éxito de la revista se debía en gran parte a su
organización. Los contenidos fotográficos eran revisados por Hicks, quien
elaboraba para los fotógrafos un pequeño guión determinando qué imágenes quería
y cómo las quería.
Con la competencia de los nuevos medios audiovisuales, sobre todo la televisión,
hacia 1960, comienza el declive de la revista, que termina cerrando en 1972.
Life tuvo importantes
colaboradores, como Eugene Smith, que colaboraba de manera muy asidua aunque no
estaba de acuerdo con los criterios de la revista. Sus tres reportajes más
importantes son: Nurse midwife, Spanish Village y Minamata.
En la siguiente dirección podrás ver unos ejemplos de reportajes:
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